De nuevo tres miembros en el Naroba para la quedada semanal.
Como David avisó de que llegaría tarde, Felipe y yo jugamos una partida, que ya hacía tiempo de la última; tras darnos ambos la alegría de dejarnos un grupo allá y acullá, quien esto escribe tuvo que abandonar tras perder un enorme y ciclópeo grupo.
La partida del grupo que se quedó tuerto.
Valga comentar que para esta quedada usamos unas piedras distintas, de 19 mm, y quizás un poco más gruesas que las habituales (aunque esto puede ser una sensación derivada del menor diámetro).
Las piedrucas.
Por cierto, que aprovechando que ahora tengo en mi poder dos juegos de piedras ligeramente distintos, podría ser una idea para una futura entrada del blog.
Canbaduk 